Mientras demolía los escalones de su casa, David Olson descubrió una esfera negra enterrada en la arena detrás de unos bloques de cemento.

Lo que parecía ser algo inofensivo, terminó por ser un hallazgo irreal, pues el hombre de 33 años encontró una bola de boliche en el fondo de su casa. “Esa fue una de las bolas de boliche, no pensé mucho en eso. Estaba asumiendo que tal vez había un par para completar”, dijo Olson.

La aventura la detalló desde su cuenta personal de Facebook donde rápidamente se hizo viral como el simpático hombre que vivía sobre bolas de boliche. El recuento inicial totalizó 50 bolas, después actualizó con 120 y su último conteo del día fueron 158.

Sin embargo, David Olson presentía que había más, y sus instintos no mintieron, pues en los últimos días el estadounidense comentó que ya tenía 160. "Definitivamente hay más ... pero en este punto del área en la que necesito trabajar, he cavado unos 2 pies más bajo que cuando encontré mi última bola y creo que está bastante despejado en esa sección", detalló.

Olson se preocupó por sus hijos y por pensar que las bolas posiblemente podrían ser tóxicas, por lo que se comunicó con la compañía que las fabricaba, Brunswick Bowling Products, y le comentaron que las bolas de boliche se fabricaron en la década de 1950 y que eran totalmente seguras.

Tras la viralización de su publicación, David recibió cientos de mensajes de personas que solían trabajar en el boliche de Brunswick en Michigan, y le contaron que los trabajadores solian llevar bolas de boliche desechadas para usarlas como una alternativa más barata a la grava o la arena.

El estadounidense comentó que planeaba usarlas como borde para su jardín o para esculturas, también donó 8 bolas a una iglesia cercana. Detalló que le daría unas cuantas a su padrastro, quien desea utilizarlas como patas de muebles a medida.