La Ciudad de México experimentó ayer lunes una intensa ola de calor, con los termómetros marcando la temperatura récord de 34,2 grados Celsius en algunos puntos de la entidad, lo que llevó a las autoridades a activar las alertas correspondientes.

Según informó la Comisión Nacional del Agua (Conagua) a través de su cuenta de Twitter, la tarde del lunes se registró un nuevo récord histórico de temperatura máxima en la Ciudad de México, superando el registro previo de 33,9 grados en 1998.

Ante las altas temperaturas, que afectan a una metrópoli con más de nueve millones de habitantes, la Secretaría de Gestión de Riesgo y Protección Civil de la Ciudad de México anunció en redes sociales la activación de las alertas naranja y amarilla. Estas alertas se mantienen activas ante la posibilidad de que las temperaturas superen los 31 grados.

Guillermo Ayala, director del Sistema de Alertas Tempranas de la capital, señaló que se activó la alerta naranja debido a la previsión de alcanzar los 35 grados Celsius durante los próximos dos días. Se han emitido recomendaciones a la población para mantener una buena hidratación, buscar la sombra y utilizar bloqueador solar al salir a la calle.

La ola de calor también desencadenó incendios forestales en las alcaldías de Tlalpan y Xochimilco, afectando cerca de dos hectáreas en el sur de la capital, según reportaron los Bomberos de la Ciudad de México. Además, en el municipio de Nezahualcóyotl del Estado de México, en las afueras de la capital, se registró un incendio forestal en la noche que afectó al menos ocho hectáreas.

Ayala destacó la preocupación de las autoridades ante el incendio de Nezahualcóyotl, ya que el humo podría desplazarse hacia la Ciudad de México y agravar la contaminación ambiental.

Estas altas temperaturas no solo han impactado a la capital, sino también a otras regiones del país, enfrentando fuertes sequías. Los expertos atribuyen estos fenómenos al cambio climático, generado por emisiones de dióxido de carbono y metano, así como al fenómeno natural de El Niño, que altera los patrones meteorológicos globales.