Abren Tienda de BTS en CDMX

Abren Tienda de BTS en CDMX Abren Tienda de BTS en CDMX.

K-Pop, euforia, gritos, baile... hermandad, todos estos ingredientes se conjuntaron ayer en la apertura en Ciudad de México de una tienda dedicada a la banda surcoreana BTS, congregando a miles de fanáticas, conocidas como ARMY.

Las luces, las cortinas, los estands, el ambiente, todo se inspira en ellos en la tienda BTS Pop-Up: House of BTS, situada en Polanco, uno de los barrios más acomodados de la capital mexicana, y que estará abierta hasta finales de enero.

"Bienvenidas a casa", dicen quienes abren las puertas del recinto que luce más como una caja de muñecas desde fuera, pero que en sus adentros hace las veces de un antro, de una sala de conciertos y de un lugar para acercarse a sus ídolos.

Cuenta Mariana que ha tenido que levantarse muy temprano para llegar a las 4:00 de la mañana a la tienda, la tercera en su tipo que se inaugura en el mundo, ya que actualmente solo existen en Corea y Japón.

Aun así, tuvo que esperar una enorme fila para poder ingresar al lugar a las 8:30. Pero, afirma, "todo ha valido la pena". En sus manos tiene abrazados a sus ídolos en forma de muñecos de peluche, mientras mira si también compra una camiseta o sudadera.

Afuera, las interminables filas y el alboroto en la calle llaman la atención a más de uno, aquellos que no comprenden el fenómeno de BTS, miran indiferentes a los impacientes que esperan todavía poder entrar.

El fervor que sienten chicos y grandes por RM, Jimin, J-Hope, Suga, Jin, V y Jungkook, integrantes de BTS es latente.

Mientras muchos de ellos escogen entre los productos que van desde los 100 pesos hasta los 2.900 pesos, otros parecen hipnotizados frente a la pantalla que transmite los videos de la banda.

En perfecta sincronía, bailan las coreografías, cantan, gritan, se estremecen y se abrazan. "Nos sentimos muy unidas", dice Mariana.

A sus 14 años Fátima Sofía desayuna, come y cena K-Pop. "Bueno, BTS", puntualiza. Lo asegura su madre mientras ella, un poco apenada, enseña la mercancía que se ha comprado.

"Una parte la he pagado con mis ahorros, pues vendo dulces en la escuela y trabajo de vez en cuando con una tía. Otra parte me la prestó mi mamá, se la iré pagando", afirma emocionada.

Para doña Brenda, madre de Fátima, aunque pagar casi 5.000 pesos por ropa de la banda y otros objetos como una libreta luce como algo desorbitado, afirma que entiende a su hija. "Yo era igual con Timbiriche o Menudo", recuerda.