Ser madre no solo significa procrear y criar a un hijo, en ocasiones también su apoyo es fundamental para sostener a la familia, incluso, económicamente.

Conscientes de ello, en la Secretaría de Desarrollo Social, se han emprendido una serie de programas que ayuden a mujeres madres en situación de vulnerabilidad, pero también que brinden una oportunidad para crecer y emprender, logrando con ello casos de éxito.

Ejemplo de ello es Nohemí Mara Rodríguez, madre de un joven y dos niñas, y quien es ahora también fabricante de productos de limpieza naturales, como talco para pies y jabón líquido para trastes, entre otros, gracias a los cursos que tomó en el Centro Comunitario de la colonia Unidad Piloto, en Guadalupe.

 “Tengo cerca de dos años, todo empezó porque vine al Taller de Belleza y mi hija menor traía un raspón y la maestra la vio y me dijo que le pusiera una pomada que ella tenía y al siguiente día ella se había curado y no sentía dolor. Ahí aprendí los beneficios de la herbolaria, por lo que enseguida decidí entrar a clases de Tecnología del hogar”, señaló en entrevista.

Los productos, comercializados en los alrededores del Centro Comunitario Unidad Piloto, se llaman Sarahí.

“Mi hija menor se llama Sarahí y por eso le puse a los productos así, porque a causa de ella vine y yo los uso en mi casa y también vendo, a mi familia, a mis vecinos, quienes saben que vengo al Taller y que hago estos productos y me buscan para comprarme”, añadió.

Otro caso es el de la señora, Blanca Cantú, maestra en el Centro Comunitario Monte Kristal, quien enseña a decenas de madres a sembrar y cosechar en el Huerto Urbano.

“Lo que damos son dos tipos de clases, la teoría y la práctica, la teoría es cómo deben de trabajar la tierra, como deben de cultivar, como deben sembrar, sin antes mencionarles el beneficio tan gran que trae el que nosotros produzcamos nuestra propia comida, porque así se mejora la alimentación, no nada más en las señoras, sino en los niños, adultos mayores y mujeres que están embarazadas”, aseguró la tallerista.

Rosario Navarro, madre de dos hijos, usa el conocimiento adquirido en la clase para sembrar diversos alimentos en su propio huerto.

“Mi suegro tiene un huerto que entre todos hemos sembrado, hay elotes, calabazas, frijoles, tomates, melones y papas, todo lo que me enseña la maestra se lo paso a él en una libreta o en copias y él usa ese conocimiento también y todo lo que cosechamos es para la familia, mis suegros, mis cuñados y nosotros, vamos cada fin de semana y siempre traigo cosecha a casa, a mis dos hijos les encanta”, indicó.

Las clases en los 42 Centros Comunitarios del Estado son gratuitas y quien así lo desee, puede asistir a registrarse.

La Secretaría de Desarrollo Social cuenta también con el programa Jefas de familia, que brinda apoyo económico a mujeres jefas de familia de entre 17 y 50 años, con un hijo menor de 15 años y que vivan en situación de vulnerabilidad. Además, se les brinda capacitación en diversos ámbitos para que puedan convertirse en mujeres autosustentables.

Datos del INEGI señalan que en Nuevo León, el 21.5 por ciento de hogares está encabezado por una Jefa de familia.