Tras dos intentos fallidos, y más de doce años de persistencia, el tercero fue el bueno para Andrés Manuel López Obrador, quien ayer no sólo ganó la elección más compleja de la historia reciente de México para llevar por primera vez a la izquierda al poder, sino que lo hizo con el más amplio margen de votación en 30 años, en una jornada sin incidentes mayores y con una copiosa participación ciudadana.
El candidato izquierdista de la coalición "Juntos Haremos Historia" (Morena-PT-PES), obtuvo según el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE) alrededor del 53 % de los sufragios, seguido por el derechista Ricardo Anaya, de "Por México al Frente" (PAN-PRD-MC), que alcanzó apenas alrededor del 22 %. Es decir, la diferencia entre primero y segundo es 2 a 1.

En un lejano tercer lugar, el candidato oficialista José Antonio Meade, de "Todos por México" (PRI-PVEM-PNA), obtuvo cerca del 16 %, en un resultado que es apenas la primera nota de una debacle mayúscula del Revolucionario Institucional, ya que no gana ninguna de las nueve gubernaturas en juego y pasa a ser tercera fuerza en el Congreso de la Unión.

Y es que en la jornada de ayer, que registró alrededor del 63 % de participación ciudadana, el efecto López Obrador se dejó sentir más de lo que se esperaba. Según datos preliminares, la coalición que encabeza Morena podría alcanzar la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y el Senado de la República. Además, estaría consiguiendo la gubernatura en Chiapas, Ciudad de México, Morelos, Puebla, Tabasco y Veracruz.

Del resto de entidades, dos -Guanajuato y Yucatán- serían para el PAN, y una, Jalisco, para Movimiento Ciudadano.

López Obrador hizo del problema de la corrupción el eje de su campaña y ayer, en su primer mensaje como virtual presidente electo confirmó que el combate a ese flagelo será la prioridad en su gobierno que iniciará el 1 de diciembre, una vez que se valide su triunfo.

En un tono mesurado, llamó a la reconciliación, aseguró que respetará las libertades, negó que su apuesta sea construir una dictadura o impulsar la expropiación de bienes, y dijo que mantendrá la disciplina financiera y fiscal, la autonomía del Banco de México.

Descartó además aumentar los impuestos en términos reales, prometió bajar el gasto corriente, fortalecer el mercado interno, cambiar la estrategia de seguridad y respetar a todos los sectores de la población, aunque dijo que dará preferencia a los más humildes y olvidados.

Información: El Siglo de Torreón
Fotografía: Redes