Daniel Ortega se niega a salir de la presidencia de Nicaragua

Daniel Ortega se niega a salir de la presidencia de Nicaragua Daniel Ortega se niega a salir de la presidencia de Nicaragua.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se negó hoy a salir del poder por medio de un adelanto de las elecciones generales, posición que se conoció en medio de manifestaciones de apoyo y de rechazo a su Gobierno y en el contexto de una crisis que se ha cobrado más de 310 vidas.

Ante una multitud de simpatizantes admiradores y de empleados estatales, Ortega apeló a la Constitución de Nicaragua, que establece elecciones cada 5 años, para negarse al anticipo de los comicios.

"Aquí las reglas las pone la Constitución de la República, a través del pueblo. Las reglas no pueden venir a cambiarlas de la noche a la mañana porque se le ocurrió a un grupo de golpistas", dijo Ortega.

Con esas palabras desestimó la propuesta de adelantar para marzo de 2019 las elecciones de 2021, como han solicitado la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, diversas naciones y recientemente su propio hermano, el general en retiro Humberto Saavedra.

"Ya habrá tiempo, tal como manda la ley, habrá tiempo para elecciones, todo tiene su tiempo", dijo Daniel Ortega, con una media sonrisa en los labios, la única que dejó ver durante su discurso.

El presidente nicaragüense también advirtió de que continuarán los ataques contra los que considera subversivos, en lo que llamó una "lucha por la paz".
El mandatario también tuvo palabras para los obispos, que actúan como mediadores en el diálogo nacional entre el Gobierno y la Alianza Cívica que representa a la población, para superar la crisis.

"Aquellos que lanzan maldiciones y nos sentencian a muerte en nombre de instituciones religiosas, que se acuerden de Cristo.

Cristo nos mandó amarnos los unos a los otros y ese ha sido nuestro esfuerzo en la práctica cristiana, socialista y solidaria", sentenció Ortega.

En su discurso, el presidente nicaragüense insistió en responsabilizar por la muerte de los manifestantes a personas que supuestamente pagan a pandilleros "para la maldad", y acusó a las protestas cívicas de ser centros de "tortura, de terrorismo", exactamente lo contrario de lo que denuncian la población y organismos humanitarios nacionales e internacionales.