El sexenio de Andrés Manuel López Obrador estrenará una figura de poder alterno que será un contrapeso de los gobernadores: los delegados estatales de Programas Integrales de Desarrollo.

Los también llamados "súper delegados" vendrán a sustituir a los delegados federales de cada estado, que en algunas entidades pueden llegar a ser 20, y controlarán las dependencias a su cargo.

Aunque el movimiento tiene por objetivo reducir la burocracia del gobierno federal, pues sus titulares serán el enlace directo entre la Federación y las entidades, en realidad contarán con amplias facultades, como vigilar y manejar millonarias partidas económicas.

Además, tendrán injerencia en las estrategias locales de seguridad.

En el caso de Nuevo León, López Obrador notificó de manera formal que quien tomará este cargo será Judith Díaz, expanista de amplia trayectoria que ha destacado como exdiputada –local y federal– y exsenadora, quien este año renunció al partido albiazul para afiliarse a Morena.

Conocida por su cercanía con la gente, Díaz manejará el presupuesto de 14 dependencias, que este año ascendió a $58,972.4 millones de pesos, entre las que sobresalen Sagarpa, Sedesol, Secretaría de Economía, SEP, Sedatu, Secretaría de Relaciones Exteriores, del Trabajo, IMSS, Profeco y la Condusef. 

Especialistas y gobernadores ya han expresado su preocupación por esta nueva posición, pues consideran que podría desatarse una lucha de poder entre los estados y la Federación... y algunos hasta comparan a los ´´súper delegados´´ con los jefes políticos del Porfiriato.

Información: El Horizonte
Fotogragía: Redes