Soledad

Soledad Soledad.

No les pasa que de repente se dan cuenta que llevan un buen tiempo “solos”, sin pareja; pero no un día, no una semana, no un mes… tiempo en serio, hablemos de años, cinco, ¿les gustan? Y que se preguntan ¿Bueno pos qué? ¿De qué se trata? ¿Ya ni en rifa salgo? ¿Será que voy a entregar mi cuerpo aunque sea a la ciencia?

¿No? ¿Solo a mi? (mmm…es probable y posible)

Ok, les platico la experiencia.

Resulta de que cuando pasas taaaanto tiempo sin pareja, llega un punto en que se te olvida que eso está pasando; y se te olvida o no lo tienes presente por una infinidad de cosas, por ejemplo el trabajo, la familia, los amigos, y con todas esas distracciones ni cuenta te das de tu “soledad”.

Y está perfecto hasta que… ves una película romántica, o de acción y ponen sus escenas innecesarias para la trama pero que te hacen ruido y te encabronas porque te acuerdas de que tú no tienes con quien pichonear, (perdón me ofusqué), corrijo, no tienes con quien platicar, tomar un café, caminar en un parque… no tienes con quien reír en intimidad, con quien platicar de todo y nada, con quien simplemente estar en silencio…  (auch)

Bueno, pues que bueno; que bueno que pasamos ese tiempo de soledad porque es como un tiempo de desintoxicación, porque tal vez (inconscientemente o no) nosotros provocamos esa soledad que hicimos nuestra; porque que tal vez, la última relación fue muy lastimosa, enfermiza, dañina, y quedamos mal, tan mal que nuestro yo interior prefirió estar así por un tiempo, para poder  “ver los toros desde las barrera”.

Estando “solos” es un decir, porque es cuando más acompañados estamos, estamos apreciando lo que no podíamos ver por estar al pendiente de alguien más, de complacerle, de hacerle feliz o preocuparte por cosas mundanas como saber si ya comió, si durmió, si está pensando en nosotros o que carajos está haciendo que no contestaaaa!!! (Perdón, otra vez me ofusqué).

Al estar así, con nosotros mismos, nos damos la oportunidad de conocernos a profundidad, (porque creemos conocernos, pero no es así, para eso se necesita tiempo espacio y SOLEDAD). Al estar así, con nuestra familia y amigos, amamos y valoramos mucho más lo que tenemos, pues al final del día ellos son los que siempre están, y eso es oro molido, y podemos y debemos agradecer que estén ahí para nosotros en medio de nuestra soledad.

Creo que ya empecé a redundar demasiado, lo que quiero enfatizar es que si no sabemos amarnos, valorarnos, admirarnos a nosotros mismos y a lo que nos rodea, pues simplemente nunca podemos dar algo que no tenemos. 

Si no vemos eso, si de inmediato tenemos algo con alguien, luego de que lo anterior fue peor  que la existencia de Hitler, eso tendrá como pronóstico otro fracaso y lo peor es que nos iremos deteriorando, tanto que cuando llegue el más grande amor (cof, cof, cuuursiiii), no lo vamos a ver, porque estamos peor que perro abandonado en medio de la lluvia y el granizo, y ¿por qué? Por culpa propia y es cuando realmente conoceremos la SOLEDAD, pues pondremos tal muralla que ni los nuestros podrán acercarse.

De la soledad se aprende… la soledad se disfruta, porque en realidad no es soledad, es solo ausencia de alguien que no conocemos; solos estaremos cuando nos abandonemos. 

Bueno esto ya se alargó demasiado, moraleja, simple, sencilla y trillada “Ámense a ustedes mismo para poder amar y abrazar con todo lo que somos a alguien más”

Solo una cosa más…SONRÍAN A QUEMARROPA.

 

LOLA