De acuerdo con la BBC, no hay nada específico de la cerveza por sí sola que produzca gordura abdominal, ya que las calorías que engordan provienen del alcohol.

De esta forma, cuando se bebe cerveza en exceso, lo que sucede es que se le da mucho trabajo extra al hígado, que debe concentrarse en quemar el alcohol, es decir, eliminar sus toxinas. Esto trae como resultado que debe dejar pasar las toxinas de las otras cosas que puedan estarse ingiriendo, como la grasa de cacahuates, papas fritas y otros bocados que suelen acompañar la bebida, tal como explica el divulgador científico Greg Foot, de la BBC.

A esto, se suma que un vaso grande de cerveza tiene alrededor de 150 calorías, lo que se multiplicaría por el número de vasos que se beban por ocasión.

También influyen en el desarrollo de la "panza cervecera" otros factores como el sedentarismo o la mala dieta de quien consume la bebida.