El hombre que ha estado clíinicamente muerto nueve veces

El hombre que ha estado clíinicamente muerto nueve veces El hombre que ha estado clíinicamente muerto nueve veces.

Este hombre ha revelado a 'The Daily Mail' cómo ha sido morir nueve veces desde que tenía 20 años (ahora tiene 29) y en la que su órgano deja de latir. Ha tenido la suerte de sobrevivir a esta enfermedad que le debilita, la miocardiopatía hipertrófica, pero sus médicos auguran que su vida solo puede durar unos cinco años más..

Este hombre ha revelado a 'The Daily Mail' cómo ha sido morir nueve veces desde que tenía 20 años (ahora tiene 29) y en la que su órgano deja de latir. Ha tenido la suerte de sobrevivir a esta enfermedad que le debilita, la miocardiopatía hipertrófica, pero sus médicos auguran que su vida solo puede durar unos cinco años más.

"La primera vez que sufrí un paro fue cuando tenía 20 años. Necesitaron 45 minutos de RCP para levantarme. Me desperté una semana después de un coma y me contaron todo lo sucedido. La segunda vez fue en casa de mi prima. Me sentí mareado y tuve otro. Recuerdo que me desperté pensando: '¿Fui realmente con mis primos o fue todo un sueño?". Luego disfrutó de un período de dos años y medio sin problemas hasta que sufrió otros cuatro ataques con tres semanas de diferencia tras mudarse a Londres.

Al final del túnel Poole cree que ha tenido todas las experiencias posibles cercanas a la muerte, desde extracorpórea hasta ver una "luz blanca o una dorada". Lo llama sus "ocho segundos de muerte", cuando sabe lo que viene pero no puede hacer nada al respecto. La séptima vez que su corazón se paró fue mientras comía. Recuerda que estaba lloviendo y que cuando despertó sus compañeros lo miraban desde arriba.

La novena y última vez, hasta ahora, fue en el hospital. "Me estaban evaluando para hacer un trasplante. De hecho recuerdo haber visto al fisiólogo apretar el botón de parada de emergencia en la máquina para correr. Gritó, 'necesito ayuda aquí' y luego me desmayé. Me desperté con el médico sobre mi pecho. Este australiano ha sido equipado con un desfibrilador cardioversor implantable (DCI), un dispositivo implantado dentro de su cuerpo para ayudar a restablecer el corazón durante un paro cardíaco.

Hace aproximadamente un año reemplazaron la batería gracias a una cirugía. Estuvo despierto todo el tiempo. "Estaba acostado en la mesa de operaciones con la cabeza hacia un lado y podía escuchar al doctor atornillar las llaves y cortar con láser otras piezas. Parecía que estaba trabajando con un coche más que en un cuerpo". Amanda Varnava, su cardióloga, le recomendó que se mantuviera alejado del deporte para evitar más problemas. "Es extraño escuchar a un médico aconsejarte que no hagas ningín tipo de ejercicio físico. Va en contra de todo tipo de reglas que se ven en la sociedad", explica.