Crean en la UNAM el primer deshidratador geotérmico de alimentos, útil para procesar frutas como piña, mango o aguacate, y cualquier otro tipo de alimento como chile, alfalfa e incluso carne. Es capaz de obtener 600 kilogramos de producto al día.
Con el aprovechamiento de la geotermia (el calor del planeta), se extrae el agua de los alimentos sin alterar sus nutrientes y otras propiedades. La meta es evitar su desperdicio y exportarlos a Estados Unidos y Europa.
Integrantes del grupo iiDEA (Instituto de Ingeniería Desalación y Energías Alternas) desarrollaron el deshidratador, con el que es posible alagar el tiempo de vida de esos productos mediante un proceso amigable con el ambiente, al tiempo que se le da un nuevo uso a la geotermia, abundante recurso energético del país, dijeron Héctor Miguel Aviña Jiménez, investigador del Instituto de Ingeniería e integrante del grupo, y Daniel González Orellana, gerente general de PI INGENERA, empresa spin-off de la propia entidad universitaria.
Aviña Jiménez expuso que en nuestro país se desperdicia alrededor del 40 por ciento de los alimentos; 20.4 millones de toneladas anuales según cifras del reporte Pérdidas y desperdicios de alimentos en México, elaborado por el Banco Mundial.
El prototipo será instalado en breve en un campo geotermoeléctrico ubicado en el municipio de San Pedro Lagunillas, Nayarit, en donde se tiene la capacidad de generar 35 MW en un sistema de condensación de 25 MW, y dos a contrapresión de 5MW cada una. En esa zona agrícola los pozos de agua caliente que generan electricidad “aún tienen un remanente energético que vamos a ocupar para deshidratar los alimentos”.
Con este proyecto se espera propiciar el desarrollo económico del lugar, pues los productores no tendrán que vender rápidamente sus cosechas para evitar que se echen a perder. “No sólo disminuirán las pérdidas, sino que se generarán entre 60 y 70 empleos directos, y un número igual de indirectos.
Este proyecto del Grupo iiDEA ganó el Premio Prodetes 2018 en la categoría oro, que entrega la Secretaría de Energía y el Banco Mundial.