La temeridad NO es un problema genético

La temeridad NO es un problema genético La temeridad NO es un problema genético.

Un estudio internacional demostró que los genes influyen poco en el grado de temeridad de personas.

Se identificaron 124 variantes genéticas asociadas con la disposición de una persona para asumir riesgos y ha demostrado que los genes apenas suponen entre un 5 y un 9% de la predisposición a ser más temerarios.

"De un padre y una madre alta, es muy probable que nazca un hijo alto, porque el 80% es genética, pero de un padre y una madre temerarios no necesariamente saldrá un hijo con tendencia al riesgo, porque la genética tiene poca influencia, entre un 5 y un 9%", explicó Arcadi Navarro, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (IBE-UPF-CSIC), uno de los centros que ha participado en el estudio.

Los resultados del estudio arrojan luz sobre cómo los factores genéticos interactúan, pero en poca proporción, con las variables ambientales para afectar a la tolerancia al riesgo y a las conductas de riesgo.