La Falsa Democracia en México

La Falsa Democracia en México La Falsa Democracia en México.

Por: Mónica Hernández-Roa

 
Vivir del erario público y ser un mantenido político, es una de las modas más constantes en nuestro país, y para ello sólo basta mirar la lista de candidatos o “única opción” que tendremos los mexicanos para votar el próximo 1º de julio para elegir: 1 presidente, miles de alcaldes, 128 senadores, cientos para diputados locales de varios estados del país y 500 diputados federales, buenos para nada.

Excepto los nuevos, esos ciudadanos-candidatos independientes que nunca han participado en la política y que no tienen un pasado dudoso, la oferta de candidatos y candidatas existentes –que ya todos conocemos por los siglos de los siglos santos amén- que contenderán en los próximos comicios ya nos están dejando un mal sabor de boca, aún sin haber emitido nuestro voto. 

La corrupción en México que han provocado la partidocracia y los entes del poder político nacional, tienen al 60% de los mexicanos sumidos en la más profunda desesperanza, desigualdad social y pobreza (datos del INEGI), humillados hasta los huesos porque las opciones para elegir a quienes administren nuestro estado y nuestro país serán las que éstos mismos actores políticos les venga en gana.  

Porque estos mexicanos que hoy nos tunden en la radio y en la televisión todo el santísimo día con sus falsas promesas, todos ellos que mienten diariamente y cambian de partido como cambiar de calzones, ellos, los que piden nuestro voto, no lo hacen ni por usted ni por mí, lo hacen por ellos y para ellos mismos.

Ninguno de estos falsos profetas -que son los menos- harán absolutamente nada para mejorar la calidad de vida del pueblo -que somos los más-. Estos individuos e individuas quieren su voto, el suyo, y el mío, para –preocúpese- perpetuarse en el poder, para seguir haciendo de la política su modus vivendi, a costa del derrumbamiento económico y social de México; un hecho sólo visto antes de que iniciara la Revolución Mexicana.

En México, me dirán los sujetos y las sujetas a quienes les caerá el saco, “sí hay democracia”. Y sí, yo les digo, democracia participativa sí hay, sin duda. Ya hay credencial de elector, ya votamos las mujeres, todas; ya hay varios partidos políticos a los que podamos elegir en la contienda, ya hay un orden para que podamos emitir un voto y que es imposible que haya un fraude electoral, excepto que el INE se prestara nuevamente a un fraude como lo hicieron el entonces Secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, siguiendo órdenes del Presidente Miguel de la Madrid, en 1988, cuando le quitaron la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano para darle el dudoso triunfo a Carlos Salinas de Gortari.

Sí, la democracia participativa sí existe, la democracia electoral está ahí, latente y vigente. Y además porque he sido presidente de casilla tres veces en mi vida, lo digo con todas las letras: es imposible que haya fraude electoral en México, excepto que el INE, repito, se preste a repetir la penosa historia electoral en México. Hasta ahí, estamos de acuerdo, ¿verdad?
Pero… (Siempre hay un “pero”, decimos los escépticos)…

Todos - y le digo “todos” con la firme convicción de que sigo a estos personajes con lupa, como usted también seguramente lo hace- son los mismos y las mismas que cambian de partido o fundan coaliciones para que usted vuelva a darles la oportunidad de robar, de vivir de su dinero y del mío, haciendo nada por el país, obteniendo sueldos que van desde los 150 mil y 200 mil mensuales, con aguinaldos de 1 millón de pesos, repartiéndose la caja chica del Senado y de la Cámara de Diputados, donde los miles de millones de pesos que “sobran” se los reparten como si se lo merecieran, como si fuera de ellos. Pero usted lo sabe bien, no es de ellos ni de ellas, es dinero de los mexicanos y estos individuos e individuas gozan de la más grande libertad de hacer lo que quieran, lo que les venga en gana, con nuestro dinero y por ende con el futuro de México.

Esos son los sueldos nada más de los legisladores. Falta que le comente yo que el presidente del INE gana 200 mil pesos por mes; me falta decirle que todos y le estoy diciendo “todos” los funcionarios de nivel de la nómina federal ganan desde 200 mil por mes hasta 70 mil por mes. Hasta la más humilde secretaria de uno de estos pelados, gana 35 mil pesos por mes. Choferes, asesores y todo su séquito ganan 66 mil pesos por mes…

¿Usted se da cuenta del por qué México está como está? Yo se lo confirmo, son tres las razones:

1. Por la Impunidad y la corrupción política donde estos fulanos y fulanas se reparten a manos llenas la riqueza nacional. Un acto solamente comparable con las miles de toneladas de oro y plata que se llevaron los españoles durante la conquista de México y América. Sí, son unos vándalos con trajes caros que se compran con nuestro dinero, y que roban con todas las leyes a su favor.

2. Por el narcotráfico. He de reconocer la labor del gobierno federal para enfrentar esta problemática, pero apenas vamos en el 3 ó 4, cuando estos peligrosos delincuentes van como por el 9 ó 10. Nos llevan ventaja en armas, organización, dinero, espionaje, etc. Y por supuesto, actúan a sabiendas que entre ellos, los narcotraficantes y los políticos, hunden cada día más a nuestro país.

3. Por la inoperancia del tejido social que acepta estos quehaceres de los más corruptos de México y que por flojera, ignorancia o falta de voluntad, no participan en marchas, mítines ni reclamos para quitar a todos estos vándalos del poder. La sociedad no toma acciones.

En 1910 los mexicanos tenían un enemigo a vencer, se llamaba Porfirio Díaz. Hoy los mexicanos tenemos 3 enemigos a vencer: los políticos, el narcotráfico, y una sociedad que está entretenida en el Facebook, el Instagram, el twitter; una sociedad que cree que con un “like” tiene la capacidad de cambiar en algo tanta problemática y que se mantiene exenta de todo ello, como si lo que vieran en las redes y en las noticias no estuviera pasando en México.

La democracia en México no existe, lo que estamos viviendo es una falsa democracia. La reforma de Peña Nieto dejó a los mexicanos sin posibilidad de participar en las contiendas para intentar cambiar en algo tanta porquería política que domina y controla nuestras vidas. ¿Qué se logró con la reforma política de Peña Nieto? Que si usted no está en uno de estos grupos gansteriles (les llaman partidos políticos), no tiene posibilidad de cambiar nada ni de participar en la elección. A menos que (siempre hay un pero) consiga miles de firmas de ciudadanos que le apoyen, a diferencia de que a cualquiera que sí contienda con el respaldo de un partido, no le piden ni siquiera 800 firmas… 

Este año no votaré por primera vez en México, “¿cómo para qué?”, suele decir un periodista por la radio todas las mañanas. “¿Con qué objeto?”, suele decir mi hermana cuando no cree que algo se pueda lograr.

En México vivimos un terrorismo político que tiene acosado al país, igual o peor que el narcotráfico. Porque a los narcotraficantes los buscan la autoridad para matarlos o para darles cárcel. ¿Pero a estos individuos, los del poder, quién los busca? Nadie.

Usted vaya y emita su voto si quiere, yo no le quitaré su deseo de hacerlo, y tampoco a los millones de jóvenes que por primera vez estrenarán su credencial para votar. Pero espero que lo haga a conciencia de que usted no le dará a alguien el poder para cambiar ni mejorar su vida en nada, únicamente le dará a un grupo de individuos e individuas la posibilidad de perpetuarse en una silla que les hará ganar 4 millones de pesos al año, mientras a usted quizá no le alcanza para estudiar, ni para la canasta básica, ni para una despensa completa. Cuando vote recuerde que por culpa de los políticos, si usted paga la luz, el agua y los recibos, no se comprará ropa ni zapatos. ¿Viajes?, carajo, mis alumnos me confirman que hace años ¡siglos! que no han vuelto a salir de viaje. Si a usted no le alcanza para comer decentemente, ¿anda pensando en viajes? No, pues claro que no. Todo ello, recuérdelo bien cuando esté en una casilla para votar.

Hágalo, vaya y vote, pero con la conciencia plena de que ese tipo y esa tipa que fueron a su colonia a pedirle el voto, no sienten por usted la más mínima empatía, ni le importa, usted ni le va ni le viene. O sea, como dicen en mi rancho: usted y yo, a los políticos, les valemos madre.

Recuerde: sólo quieren nuestro dinero, ¡dinero, dinero y más dinero! Mientras usted siente que cada día le alcanza menos y pasa al grupo, más grande y más ancho cada vez, de los 60 millones de pobres que hay en México.