La propagación del virus del dengue ha alcanzado proporciones alarmantes en Sudamérica durante el primer trimestre de 2024, con un aumento significativo en comparación con el año anterior. Desde Brasil hasta Colombia, los países de la región están luchando contra un brote que amenaza la salud pública y desafía los recursos médicos disponibles.

En Brasil, la situación es crítica, con más de dos millones de casos y 715 muertes registradas hasta la fecha. En Brasilia, la tasa de incidencia es particularmente preocupante, con 5,774 casos por cada 100,000 habitantes. Las autoridades proyectan que la cifra podría ascender a 4.2 millones para finales de año, a pesar de los esfuerzos para ofrecer vacunaciones a pesar de la escasez de dosis.

Argentina también enfrenta una situación grave, con 151,310 casos reportados y 106 muertes, la mayoría de ellas ocurridas en el presente año. Uruguay, Paraguay, Perú y Colombia también han experimentado un aumento considerable en los casos y fallecimientos relacionados con el dengue.

Las condiciones climáticas favorables para la proliferación de mosquitos, junto con la falta de medidas preventivas efectivas, han contribuido a la rápida propagación del virus en la región. Expertos señalan que el fenómeno climático de El Niño ha exacerbado la situación, y el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, recientemente destacó que el dengue está en aumento en todas partes del mundo, excepto en Europa.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó sobre este aumento significativo en los casos de dengue en 2023, y la tendencia ha continuado en 2024. Este brote masivo destaca la necesidad urgente de acciones preventivas más efectivas y una vigilancia epidemiológica constante para controlar la propagación del virus en toda la región.