La Fiscalía ha presentado una solicitud de dos años y medio de prisión para el expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, por los delitos de agresión sexual y coacciones relacionados con un beso no consentido dado a la jugadora de España, Jenni Hermoso, después de la final del Mundial Femenil en Sídney el pasado 20 de agosto.

En su escrito de conclusiones provisionales, el ministerio público también ha solicitado una condena de un año y medio de prisión por un delito de coacciones para otros tres acusados: el ex técnico de la selección femenina, Jorge Vilda; el responsable de marketing de la RFEF, Rubén Rivera; y el director deportivo de la selección masculina, Albert Luque.

Además de la pena de prisión, la fiscal pide para Rubiales inhabilitación para trabajar en el ámbito deportivo durante el tiempo de condena, dos años de libertad vigilada y la prohibición de comunicarse con la jugadora y acercarse a ella a menos de 200 metros durante cuatro años.

La causa, que ha sido instruida por un juez de la Audiencia Nacional, se centra en un incidente ocurrido tras la victoria de la selección femenina en el Mundial, cuando Rubiales, según el escrito de acusación de la teniente fiscal Marta Durántez, "sujetó la cabeza" de Jenni Hermoso con ambas manos y le "propinó un beso en los labios" sin su consentimiento.

La Fiscalía también acusa a Rubiales de presionar de manera "constante" y reiterada a la futbolista y a su entorno para que "justificara y aprobara" el beso, llegando incluso a presionar a familiares de la jugadora.

La situación de hostigamiento cesó cuando Rubiales fue suspendido provisionalmente por la FIFA el 26 de agosto, y días después renunció a su cargo como presidente de la RFEF el 10 de septiembre.

Este caso se suma a la serie de investigaciones sobre contratos en la RFEF, como el traslado de la Supercopa a Arabia Saudita, en el que también está involucrado Rubiales en un juzgado de Majadahonda (Madrid).