En un mitin celebrado este viernes en la ciudad de Pittsburgh, Pensilvania, el presidente estadounidense Donald Trump anunció que los aranceles al acero impuestos en marzo pasado subirán del 25 % al 50 %, como parte de una estrategia para fortalecer la industria nacional.
“Vamos a subir del 25 % al 50 % los aranceles sobre el acero en los Estados Unidos, lo que asegurará aún más la industria en el país”, expresó Trump ante un público compuesto mayoritariamente por trabajadores del sector siderúrgico. El anuncio fue recibido con entusiasmo por los asistentes, mientras el mandatario aprovechó la ocasión para destacar su política de protección comercial: “La palabra ‘arancel’ es mi cuarta favorita después de Dios, esposa y familia”.
El anuncio se dio en el marco de la celebración del acuerdo de inversión entre la acería japonesa Nippon Steel y la estadounidense U.S. Steel, una operación que Trump respaldó públicamente después de reunirse en febrero con el primer ministro japonés Shigeru Ishiba. Según el presidente, la alianza creará al menos 70 mil empleos y aportará 14 mil millones de dólares a la economía del país.
Trump también aprovechó para criticar a Wall Street, afirmando que los trabajadores siderúrgicos “entienden la palabra ‘arancel’ mejor que la gente de Wall Street”, en una referencia directa a su estrategia de priorizar la industria sobre los intereses financieros.
Aval judicial refuerza política comercial de Trump
El anuncio ocurre un día después de que una Corte de Apelaciones levantara el bloqueo impuesto por el Tribunal de Comercio Internacional a gran parte de la política arancelaria del presidente. Aunque ese bloqueo no afectaba directamente al acero, sí congelaba otras medidas, como un arancel global del 10 % para casi todos los socios comerciales de EE.UU., y los denominados “aranceles recíprocos”, ajustados según déficits y volumen comercial con cada país.
Durante su intervención, Trump aseguró que la alianza con Japón “garantiza que esta empresa americana histórica siga siendo estadounidense”, pese a la participación internacional. “Japón ha sido un gran amigo mío durante mis años como presidente”, afirmó.
El incremento de los aranceles y el respaldo a alianzas estratégicas con aliados como Japón marcan una nueva fase en la política económica de Trump, centrada en el refuerzo del sector industrial como pilar de su administración.