Se resisten los viejos fantasmas

Se resisten los viejos fantasmas Se resisten los viejos fantasmas.

POR: CÉSAR VARGAS

A los 50 minutos, Nico Sánchez se perfiló ante el manchón frente al portero del Alianza, de El Salvador, Rafael García.

Cerca de 35 mil personas esperaban en el BBVA que el héroe favorito del Monterrey destrabara un partido que se les había complicado mucho más de lo esperado.

No sabían los Rayados que habrían de saludar a un viejo amigo: el fantasma de los penales.

El arquero García bailoteaba de un lado a otro sobre la línea de meta, tanto así que pareció confundir a un Sánchez, cuyo tiro fue desviado por el cancerbero cenotroamericano.

Una película recorrió entonces el ambiente en el Estadio del  Monterrey.

Aquella donde aparece Edwin Cardona errando un penal ante el Pachuca en la Final del Clausura 2016…

Y también la cinta en la que Avilés Hurtado manda por las nubes el esférico en la Final contra los Tigres en el Apertura 2017…

A estas altura del partido el Alianza había tocado ya con peligro la puerta del arquero rayado, Marcelo Barovero.

Aunque ahora la fase era Octavos de Final de la Liga de Campeones de la Concacaf,  no se necesitaba ser un mago para saber que una derrota, ante un modesto equipo salvadoreño, adquiriría tintes catastróficos para el poderoso Monterrey.

El Alianza tuvo diversas opciones para poner contra la pared a los Rayados, pues el partido llego a la Vuelta con un empate global 0-0. 

Así que con un gol, los salvadoreños hubieran obligado a los Rayados a meter dos.

El Alianza tuvo llegadas serio peligro, una en el primer tiempo que voló  uno de sus jugadores, en tanto que en la segunda parte Óscar Ceren estrelló en el poste un tiro que alcanzó a desviar antes Marcelo Barovero.

Los Rayados tuvieron sus oportunidades, que, o estrellaron en el poste, o vaciaron a un lado o por encima de la portería.

Hasta que a los 85 minutos, Dorlan Pabón recibió una falta en el área y el árbitro David Gantar no dudó en marcar la falta.

Con aplomo y serenidad, Nico volvió a tomar el esférico. Esta vez arropado con un “¡Nico! ¡Nico!”…para impulsarlo hacia el gol.

Así que esta vez el defensa argentino no perdonó, y venció al arquero García que hasta entonces era el héroe de la noche salvadoreña.

Tras el contacto del balón con las redes, Nico salió disparado hacia una esquina de la portero, donde se abrazó con sus compañeros.

Los Rayados ganaron un partido que les permite avanzar a los Cuartos de Final de la Concachampios, pero encendieron una señal de alarma: los viejos fantasmas viven aún en algún lado de la psique albiazul.