Los perros son sin dudas el mejor amigo del hombre. Su mirada, sus gestos y su comportamiento son una compañía incondicional que puede cambiarte no solo el día, sino la vida. ¿Y cómo le devolvemos nosotros todo ese amor que nos dan? El primer paso son las caricias. Sin embargo, hay ciertos lugares preferentes y una razón detrás de cada uno de ellos.

En primer lugar, se encuentran las orejas. El placer que genera este clásico mimo se remonta en los primeros días del can. Pues cuando nacen, la madre les lame las orejas y de esta manera se sienten protegidos. Es así como con los años dicha sensación se encuentra intacta y la zona es una debilidad absoluta para detonar una sensación de relax.

Otro lugar donde aman recibir caricias es en la panza. ¿Cuántas veces se toparon con un perro que movía la pata una y otra vez mientras le rascaban el centro del abdomen? Pues esta zona también tiene una explicación. Este goce de los perros hace referencia a la confianza que le tiene a sus dueños. Tumbarse boca arriba es un signo de respeto y sumisión donde se vuelven sumamente vulnerables, indica Radio Mitre.

En la lista de los lugares más placenteros también se encuentra el área del fondo de la espalda. “Esa zona es difícil para que los perros lleguen por sí mismos. A nosotros nos pasa igual, nos encanta que nos rasquen la espalda porque nosotros no alcanzamos”, explicó la terapeuta certificada Pam Holt.

Además, la experta aseguró que estimular esta área del cuerpo perruno puede aliviar el estrés y la ansiedad de la mascota, publica el imparcial.com.