Una mujer australiana, Prue Thomas, compartió a un medio la historia de su maternidad y cómo se dio cuenta que estaba embarazada justo en el momento de dar a luz.

Era el año 2000, Prue Thomas tenía 19 años y se encontraba de trabajadora en un hotel. Un día en el trabajo comenzó a sentir un dolor en la espalda. "Al principio pensé que me había lastimado la espalda moviendo muebles", explica.

"Me enviaron a casa antes de que terminara mi jornada laboral y poco después me empezó a doler mucho el abdomen y comenzó a expandirse. Tuve tanto dolor y estaba tan hinchada que mi hermana llamó a mi madre, que a su vez llamó a una ambulancia", comentó.

La mujer pensó que el dolor se debía al síndrome del intestino irritable, que ya le habían diagnosticado con anterioridad. Mientras Thomas se encontraba en emergencias, el médico pudo identificar rápidamente lo que le estaba pasando, estaba embarazada y ya se le había roto la fuente.

Durante el embarazo de Prue no presentó cambios en su peso, ni ningún síntoma o característica que le dijera que estaba embarazada.

Después de seis horas en donde no dejo de sentir el dolor en la espalda, Thomas dio a luz a una niña a la que llamó Meghan. La mujer, que admite que no planeaba convertirse en madre tan pronto, le dio la inesperada noticia al padre, pero él no la creyó y cortó todo contacto con ella.

"He tenido que demostrar una y otra vez que puedo hacer esto. He tenido y todavía tengo una gran carrera. También tengo una hija maravillosa, con la que he viajado por el mundo. No dejé que tener un niño a los 19 años 'arruinara' mi carrera o mi vida. Es posible que me haya tomado un poco más de tiempo de lograrlo, y tuve momentos difíciles cuando ella era más joven, pero pude manejar esta situación", concluye.