La Administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido aceptar un avión de lujo Boeing 747-8 obsequiado por la familia real de Catar, el cual será utilizado como el nuevo Air Force One, la aeronave oficial para los viajes presidenciales. Según confirmó la cadena NBC News, esta decisión marca un gesto diplomático sin igual entre un gobierno extranjero y la administración estadounidense.

De acuerdo con fuentes cercanas a la negociación, el obsequio fue discutido durante un largo período antes de que Trump lo aceptara de manera oficial. Este acuerdo será abordado la próxima semana, durante la visita oficial del presidente a Catar, lo que podría dar inicio al proceso formal de transferencia y adecuación del avión para sus funciones presidenciales.

El Boeing 747-8, descrito como un “palacio en el cielo”, ha sido completamente renovado y acondicionado con tecnología de punta, y cuenta con lujosos interiores que incluyen salas de reuniones, dormitorios privados y acabados en mármol. Su autonomía de más de 14,000 kilómetros permite vuelos intercontinentales sin necesidad de escalas, convirtiéndolo en una de las aeronaves más sofisticadas y lujosas del mundo.

A pesar de tener trece años de antigüedad, el avión fue adquirido y modificado para uso exclusivo de la familia real catarí, lo que lo convierte en un obsequio de un valor comercial estimado en más de 400 millones de dólares. Esto lo convierte en el regalo más costoso jamás recibido por un presidente estadounidense, superando ampliamente otros obsequios simbólicos como estatuas o joyas.

Al final de su mandato, el avión será transferido a la Trump Presidential Library Foundation, la organización encargada de construir y mantener la futura biblioteca presidencial de Trump. Sin embargo, su uso como Air Force One será temporal y estará sujeto a un proceso de revisión meticuloso para cumplir con las leyes de Estados Unidos y las normas internacionales.

Este gesto diplomático subraya la importancia de las relaciones entre Estados Unidos y Catar, y marca un hito en la historia de los regalos entre naciones, al ser un obsequio de una magnitud sin precedentes.