Dañino, el engaño que produce la desinformación: Miguel Armando López Leyva

Dañino, el engaño que produce la desinformación: Miguel Armando López Leyva

Dañino, el engaño que produce la desinformación: Miguel Armando López Leyva Dañino, el engaño que produce la desinformación: Miguel Armando López Leyva.

El entorno digital actual ha aumentado el alcance y profundidad de la desinformación con las particularidades de la instantaneidad, interactividad, descentralización de la comunidad y globalización, opinó el coordinador de Humanidades, Miguel Armando López Leyva.

Es un problema social serio que se ha extendido de manera vertiginosa y compromete derechos y libertades, agregó durante la inauguración del ciclo: “Desinformación. Diálogos interdisciplinares y con la sociedad civil”.

El engaño que produce, continuó, no es inofensivo, ya que genera y alimenta opiniones y acciones políticas. Como universidad somos responsables de investigar sus distintos ángulos, generar indicadores, evaluar causas y ponderar las consecuencias, la efectividad de actos de las personas vinculadas, entre otros aspectos.

Al hacer uso de la palabra, la secretaria de Desarrollo Institucional, Diana Tamara Martínez Ruíz, comentó: en semanas anteriores hemos sido testigos de cómo imágenes manipuladas, con narrativas falsas y discursos de odio se han propagado en redes sociales durante las protestas contra las redadas migratorias en Los Ángeles, California, lo cual distorsiona la realidad y vulnera los derechos humanos.

En el auditorio Mario de la Cueva del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información (IIBI), recordó que la iniciativa UNAM Acción Migrante busca ofrecer herramientas prácticas de atención psicológica, de orientación jurídica y de capacitación, así como concentrar el conocimiento generado para que esté disponible.

Martínez Ruíz enfatizó: El reto que enfrentamos exige un trabajo transversal, interdisciplinario y colaborativo, solo así podremos generar respuestas creativas eficaces ante la desinformación y sus desafíos.

Debemos sumar esfuerzos donde las ciencias sociales, tecnología, ciencias, salud, humanidades y sociedad civil construyan narrativas incluyentes y basadas en evidencias que promuevan el respeto, la solidaridad y la justicia, abundó.

A su vez, la coordinadora de la Investigación Científica, María Soledad Funes Argüello, señaló que en los últimos años hemos visto cómo la circulación de información falsa, no concreta o distorsionada puede tener consecuencias graves como socavar la confianza pública, y dificultar la toma de decisiones; en otros casos pone en riesgo la salud, seguridad y derechos de las personas.

La también investigadora detalló que la desinformación no es un fenómeno nuevo, pero en el contexto digital adquirió una velocidad, escala y capacidad de penetración que nos obliga a repensar nuestras responsabilidades.

Por eso generamos conocimiento confiable frente a la avalancha de datos sin contexto y las filmaciones sin sustento. La UNAM, como universidad pública, tiene una doble tarea: impulsar investigación de frontera con independencia, solidez y pertinencia social; y comunicar ese conocimiento de manera accesible, abierta y responsable.

Al hacer uso de la palabra, Perla Olivia Rodríguez Reséndiz, directora del IIBI, apuntó que, al mismo tiempo en que se generan, distribuyen y preservan grandes volúmenes de datos, también son diseminadas miles de verdades a medias y noticias falsas.

Por ello, la desinformación se ha vuelto un fenómeno complejo y multifacético que afecta a diversos ámbitos de la vida social, desde procesos electorales y la salud pública hasta el cambio climático y la cultura.

El análisis y búsqueda de soluciones a este problema, dijo, es tan complejo que es necesario un abordaje interdisciplinario que permita comprender las causas, dinámicas y consecuencias de la desinformación, así como diseñar estrategias efectivas para combatirla.

Desviar la atención

Jonathan Hernández Pérez, investigador del IIBI y coordinador del mencionado Ciclo, precisó que somos testigos de una peligrosa tendencia global en la que las personas migrantes son cada vez más explotadas con fines políticos.

En la jornada de trabajo dedicada a la migración, el investigador destacó: Quienes se ven forzados a migrar, enfrentan incertidumbre, son engañados con promesas que los conducen a rutas mortales. Son demonizados con narrativas de odio que buscan justificar la xenofobia en las comunidades de llegada y se les utiliza como instrumento político para desviar la atención y fracturar nuestra empatía.

Frente a esta realidad es fundamental establecer alianzas interdisciplinarias y fortalecer la colaboración con la sociedad civil y, más que nunca, el debate sobre la migración debe nutrirse de evidencia, no de miedo, ni falsedades.

Esta actividad académica se realiza en ocasión de los festejos del 80 aniversario de las coordinaciones de Humanidades y de la Investigación Científica.