En riesgo de padecer problemas severos de conducta, 20% de niños en edad escolar

En riesgo de padecer problemas severos de conducta, 20% de niños en edad escolar En riesgo de padecer problemas severos de conducta, 20% de niños en edad escolar.

En México, 20 por ciento de los niños en edad escolar (dos a 12 años) están en riesgo de padecer problemas severos de conducta, que dificultan su inserción a la vida escolar, familiar y social en general; además, los pueden llevar a un desempeño o rendimiento escolar bajo, afirmó Silvia Morales Chainé, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Berrinches, discusiones con los adultos, oposición, desobediencia, irritabilidad, enojo, agresión, resentimiento hacia las figuras de autoridad, inatención e hiperactividad son las actitudes más comunes, que regularmente aparecen alrededor de los ocho años de edad, pero actualmente se presentan desde los años preescolares.

Estos comportamientos son prevenibles si los padres optan por una crianza positiva. La disciplina de los padres en casa es primordial; un estilo irritable, explosivo, asociado con emociones negativas, puede empeorar el comportamiento inadecuado de los pequeños, afirmó la universitaria

A este proceder se le ha llamado “trastorno oposicionista desafiante”, fácil de identificar desde los dos años, cuando los infantes comienzan a insertarse en ambientes sociales como la escuela. Las estadísticas oficiales no reportan cuántos lo padecen, pero “sabemos que más de la mitad tiene riesgo de recibir un castigo físico, y ese factor, entre las estrategias disciplinarias, es el que más se asocia con problemas de conducta, como dicho trastorno, que afecta a niños y niñas por igual”.

La conducta oposicionista desafiante podría presentarse junto con la hiperactividad o problemas de atención.

Morales Chainé subrayó que la falta de límites o condiciones disciplinarias en la familia promueve los problemas de conducta que caracterizan a este padecimiento, pues los niños son altamente reactivos a las condiciones sociales y ambientales, y con desobediencia, berrinches, agresión y desafíos ganan beneficios, lo que retroalimenta esos comportamientos.