La lumbalgia, un dolor agudo o crónico que afecta la zona baja de la espalda, se ha convertido en uno de los males más incapacitantes para personas de todas las edades. Con una prevalencia significativa en jóvenes y adultos, esta afección constituye la segunda causa más común de consultas médicas.

Las personas con obesidad, sedentarias o aquellas que han levantado peso sin precaución son las más propensas a experimentar este problema, que puede debilitar la musculatura de soporte de la columna vertebral. En los adultos mayores, la lumbalgia afecta hasta al 60% de la población, manifestándose con síntomas que van desde un dolor localizado en la zona baja de la espalda hasta irradiarse hacia las piernas.

Existen dos tipos de causas que pueden generar este dolor: las mecánicas y las no mecánicas. Las primeras, más comunes, están relacionadas con ligamentos o músculos y suelen aliviarse con el reposo. Por otro lado, las causas no mecánicas pueden ser más graves, como tumores en la columna, infecciones o enfermedades reumáticas, y en estos casos, el dolor persiste incluso en reposo.

La lumbalgia se caracteriza por aparecer en episodios, con molestias que pueden presentarse durante unos días, desaparecer y luego regresar al mes siguiente. Ante cualquier síntoma, especialmente en adultos mayores, es fundamental acudir a un especialista para identificar las causas del padecimiento. En ocasiones, se requiere realizar una radiografía para determinar el tratamiento adecuado.

Entre las opciones de tratamiento se incluyen rutinas de ejercicios específicos para fortalecer la musculatura y los ligamentos, brindando un mejor soporte a la columna vertebral. La prevención y el tratamiento temprano son fundamentales para mejorar la calidad de vida y reducir la incidencia de esta dolorosa condición.