¿Votamos por el candidato o por el partido?

¿Votamos por el candidato o por el partido? ¿Votamos por el candidato o por el partido?.

Por Mónica Hernández-Roa

Nuevo León es un estado grande y próspero, cuando menos lo fue durante el siglo pasado, cuando con el sueldo del papá alcanzaba hasta para 15 hijos, comían bien y todos estudiaban.

Nuevo León sigue creciendo en población, pero disminuyendo en oportunidades para todos. Los raquíticos sueldos de 3 mil, 4 mil y 6 mil al mes apenas alcanza para mal comer y para los camiones urbanos que son casi chatarra en la entidad y que siguen teniendo las tarifas más altas del país.

Pareciera que las altas cuotas escolares, tanto de la universidad pública y las universidades privadas son más caras en su mensualidad que en el salario que van a percibir los futuros profesionistas que están egresando por miles cada año en esta cosmópoli regia. No encuentras un trabajo con un sueldo que mínimamente te ayude a recuperar todo el dinero que invertiste estudiando.

Y qué decir de las prestaciones laborales ya casi nulas o inexistentes. Las empresas y los empleadores ya no dan aguinaldo, ni utilidades, ni seguro social ni de vida ni de nada. Hoy ganas por horas y te hacen firmar contrato nuevo cada año, o cada cuatro meses en un trabajo.

Hoy los empleados están desamparados en toda la República Mexicana y los patrones, respaldados por los gobiernos estatal y federal y con leyes a favor de los más ricos y en contra de los más pobres, provocan que la situación económica en las familias sea cada vez más precaria y que aumente a más del 52% de la población en México que no lleva mínimamente una vida digna.

Cuando una familia no puede vivir dignamente por más que se esfuerce, cuando los problemas económicos entran en un hogar –en miles de hogares- los problemas en una sociedad se incrementan: el robo, el asalto a mano armada, la inclusión de jóvenes en las filas del crimen organizado, drogadicción, embarazos prematuros, falta de educación, violencia, discriminación, bullying, estrés, ansiedad, y la convivencia hasta dentro de los hogares se vuelve tensa y difícil.

¿En cuántas familias sucede esto? En el 52 por ciento de las familias en México. ¿Grave, no? ¡Gravísimo! Y estamos hablando de familias bien constituidas, donde hay papá y mamá, donde no hay violencia familiar, donde hay amor, presencia y respeto. Si eso pasa en una familia integrada, imagínese usted lo que sucede en un hogar donde la mamá tiene 2 trabajos, nunca está ¡porque tiene que trabajar!, donde no hay un padre, donde las hijas se embarazaron antes de los veinte años. ¿Se imagina la escena? Dos jovencitas de 16 y 18 años, con 2 ó 3 hijos cada una, apenas menores de edad, sin estudios, sin oportunidad de estudiar ¡porque tienen que trabajar! ¿Y cómo carambas le van a hacer para trabajar si tienen que cuidar a sus retoños? Imaginemos que una se casó, ¿sí se imagina? Una se fue a vivir con el marido –de 20 años de edad- pagan renta, pañales, médicos, despensa, servicios de agua, luz, gas, y un largo etcétera, etcétera, etcétera…

Esto sucede en Nuevo León, una ciudad se puede decir de las más modernas y cosmópolis de México. ¿Se imagina lo que sucede en el campo?, ¿en el área rural, donde la escuela queda a 3 kilómetros  de la casa? ¡La escuela primaria! Porque ni de chiste nos imaginamos una preparatoria ni mucho menos una universidad a la cual pudieran tener acceso ¡con qué dinero se pagarán estudios!

El drama de la vida común para estas personas, para las madres solteras, para las madres divorciadas y que se quedan con todo el paquete de mantener una familia, para los solteros que se esfuerzan tanto en tener una carrera que quién sabe si les dará de comer, porque no hay trabajos y si lo hay son de 5 y 6 mil pesos al mes, supera todo lo que usted y yo pudiéramos imaginar.

Por eso yo me pregunto si los candidatos, que no tienen estas vidas de penurias, porque todos los que veo y leo diariamente en las noticias no poseen esa situación difícil, no saben lo que es subirse al metro o al camión, no tienen hijas embarazadas y sí viven en colonias pudientes y tienen en sus cocheras más de 2 carros del año, me pregunto qué planes tienen para atender los problemas más urgentes de Nuevo León y, específicamente de su municipio por el que están contendiendo en esta carrera de las elecciones.

Ahí vemos de nuevo a Adalberto Madero “Maderito” vestido de Batman diciendo que es un súper héroe que va a cambiar Monterrey ¡ya fue alcalde! ¿Y qué cambió? Dígame usted, que vive en Monterrey, qué cambió Madero cuando gobernó.

Por Guadalupe está contendiendo oootra vez Jesús María Elizondo quien al igual que Madero, cambió de partido y ya no van por el PAN, “Chema” ahora va por Morena y Madero va por el Partido Verde Ecologista. Uno ahora es morenista y el otro ecologista. Usted ya los conoce, ya gobernaron para usted, y a la hora de emitir su voto ¿le será importante a qué partido pertenecen?, ¿les diferencia en algo en las propuestas que traen los candidatos del PRI o del PAN?, ¿verdad que no? Le aseguro, usted votará por el candidato, no por el partido. Usted votará por la persona, no por las siglas. Bueno, eso pienso yo, pero si me equivoco me lo hace saber, por favor.

No hablaré mal o bien de ninguno, usted los conoce mejor que nadie porque ya los vio gobernar en su municipio, que su voto sea por quien usted elija, pero a conciencia y porque los conoce muy bien.

Pedro Garza y Cristina Díaz van de nuevo por la alcaldía de Guadalupe, el primero por el PAN y ella, otra vez, por el PRI. Pero ya gobernaron ese municipio, emita su voto con decisión y con conocimiento, ya son de todos conocidos en la entidad.

Mientras su hermana Tatiana se desempeña en la campaña de Andrés Manuel López Obrador, el candidato de Morena que pareciera será nuestro próximo presidente, Rebeca Clouthier va como candidata del PAN por el municipio de San Pedro, el más rico del país. Y al preguntarme cómo sería la gobernanza de Rebeca en la alcaldía de San Pedro, me queda claro que el apellido Clouthier tendrá que imponerse para que realice una gran labor.

Judith Díaz va de nuevo por una senaduría, pero esta vez por Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Encuentro Social. Ya la conocemos como senadora y no sé por qué no ha podido llegar a la alcadía. Siempre he pensado que sería una estupenda alcaldesa, porque tiene una visión de Estado y porque ha logrado enormes avances hacia los derechos de las mujeres convirtiéndolos en leyes.

Ojalá gane como senadora, me parece que representa muy bien a la mujer de Nuevo León pues es entrona y luchona en donde la pongan.

Si usted vive en Guadalupe la ha visto recorrer sus calles pidiendo el voto y la ha visto trabajando desde el Senado o en el Instituto Municipal de la Mujer. No olvide que suya es la decisión. Usted vota. Usted manda. Usted elige.

Felipe de Jesús Cantú va de nuevo por Monterrey. Ya gobernó ese municipio, ya lo vio trabajando desde la Cámara de Diputados, en el Congreso Local y sabe que es un municipalista de experiencia. Sí, va respaldado por el PAN y sus propuestas las conocemos porque fue candidato por su partido para la gubernatura de Nuevo León y las encuestas lo colocan a la delantera para la alcaldía.

Y así, vemos el escenario político en la entidad para estas próximas elecciones que son dentro de 4 semanas, con personajes que ya conocemos, los hemos visto gobernando y actuando por Nuevo León.

Del Bronco ni le digo, usted tiene perfectamente claro quién es y qué ha hecho por Nuevo León.

De los candidatos a la Presidencia me reservo los comentarios, porque me encuentro igual que la mayoría de los mexicanos pensando qué va a  pasar con México con el primer candidato de izquierda en llegar al poder. No lo hemos experimentado, no lo sabemos y, como usted, me encuentro rezando y tronándome los dedos porque el país está harto de hambre, de injusticia, de crímenes, de corrupción, desempleo y con un futuro tan incierto que ni siquiera sé por quién voy a votar para presidente.

Cuando era niña mi abuela decía que “México es más grande que todos sus problemas” pero en este momento los problemas son más grandes que México.

Si gana López Obrador, si por ende el Bronco regresa a la gubernatura, y a como está la situación en Nuevo León y en el país, yo le pregunto a todos los candidatos que aquí mencioné, ¿cómo le van a hacer con un gobernador dizque “independiente” y con un presidente de izquierda?

Me pregunto si ellos están listos para gobernar con tantas siglas de por medio, y hasta dónde van a poder actuar ante los cambios que se avecinan.

Nuevo León necesita grandes cambios, la silla presidencial y la del gobierno estatal le ha quedado grande a todos. Nadie le ha dado a México los cambios que necesita y a Nuevo León tampoco.

¿Es hora de votar por las personas y no por los colores? Usted decide, yo solamente le informo.

Y rezo, sí, también, por que le vaya mejor a México y tengamos un municipio, un estado, un país que ya merecemos.