El jugo de naranja es ampliamente reconocido por sus beneficios para la salud: es una excelente fuente de antioxidantes que protegen las células del daño oxidativo y ayudan a prevenir enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes y los problemas cardiacos. También es rico en vitamina C, vital para reforzar el sistema inmune, favorecer la cicatrización y prevenir la oxidación prematura.

Sin embargo, a pesar de sus propiedades nutricionales, expertos advierten que consumir jugo de naranja en momentos inadecuados puede ocasionar efectos negativos en el organismo. Beberlo en ayunas, por ejemplo, puede irritar el estómago debido a su acidez, provocando molestias como acidez estomacal e incluso úlceras si se consume en exceso o de forma prolongada.

Otros momentos que deben evitarse incluyen:
    •    Antes de cepillarse los dientes: el ácido puede dañar el esmalte dental.
    •    Junto con antibióticos: puede reducir la eficacia del medicamento.
    •    Con mariscos: puede convertir compuestos de arsénico en sustancias tóxicas.
    •    Antes de dormir: aumenta la frecuencia urinaria e interfiere con el sueño.
    •    Antes o después de tomar leche: puede provocar hinchazón, diarrea e indigestión debido a la reacción química entre el ácido del jugo y las proteínas lácteas.

Según los especialistas, el mejor momento para consumir jugo de naranja es una o dos horas después de desayunar o comer, siempre recién exprimido para preservar su valor nutricional. La cantidad recomendada es de una taza al día para maximizar sus beneficios sin dañar la salud gastrointestinal.

Además, durante un resfriado o gripe, tomar jugo de naranja puede ser un suplemento eficaz, ayudando al cuerpo a eliminar toxinas, reponer electrolitos y fortalecer las defensas naturales.

Consumido con moderación y en el momento adecuado, el jugo de naranja puede seguir siendo un aliado indispensable para una vida más saludable.