En un nuevo capítulo del conflicto entre Rusia y Ucrania, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, rechazó este miércoles la propuesta de alto el fuego anunciada por su homólogo ruso, Vladímir Putin, con motivo del Día de la Victoria, celebrado el 9 de mayo en Rusia. El mandatario ucraniano calificó la iniciativa como un gesto simbólico sin intención real de frenar la violencia, y exigió un cese completo e incondicional de los combates durante al menos 30 días.

“Por alguna razón, todo el mundo tiene que esperar hasta el 8 de mayo y entonces debe acordarse un alto el fuego para que Putin pueda pasear su bandera de la paz. A nosotros nos importan las vidas humanas, no los desfiles”, declaró Zelenski en un mensaje oficial. Según el líder ucraniano, una tregua limitada solo prolonga el sufrimiento y no crea las condiciones necesarias para avanzar hacia una solución diplomática sostenible.

Mientras tanto, la ofensiva rusa no se detuvo, pese al anuncio de Moscú. En las últimas horas, ocho civiles murieron y 24 resultaron heridos en ataques contra ciudades ucranianas. La fuerza aérea de Ucrania reportó el derribo de 37 de los más de 100 drones lanzados por Rusia durante la noche, algunos de los cuales alcanzaron áreas residenciales y dejaron víctimas, incluidos niños, según autoridades locales.

Como respuesta, Ucrania también intensificó sus operaciones, y drones ucranianos impactaron en la ciudad rusa de Dzerzhinsk, ubicada en la región de Nizhni Nóvgorod. El Ministerio de Defensa de Rusia aseguró que logró interceptar 91 drones en su territorio.

A nivel diplomático, durante su visita a Roma para el funeral del Papa Francisco, Zelenski sostuvo una breve reunión con Donald Trump, donde discutieron posibles vías para un alto el fuego. Tras el encuentro, Zelenski aseguró que el expresidente estadounidense está “muy mal informado” sobre el conflicto actual, y reiteró su propuesta de un cese de hostilidades por 30 días, no ligado a fechas conmemorativas, como una medida realista para generar confianza.

Desde Kiev, el mensaje es claro: no se aceptarán pausas simbólicas mientras continúen los ataques. El gobierno ucraniano mantiene como prioridad la protección de su población civil y sostiene que cualquier intento de paz debe partir del fin efectivo de los bombardeos y la violencia.