El tenis mundial vivirá este domingo un duelo electrizante: Jannik Sinner, en su primer torneo tras una suspensión de tres meses por dopaje, se enfrentará a Carlos Alcaraz en la final del Abierto de Italia. La esperada cita en Roma marca el regreso triunfal del italiano, que intentará convertirse en el primer hombre de su país en ganar el torneo desde Adriano Panatta en 1976.

Sinner, número dos del mundo, se impuso este sábado al estadounidense Tommy Paul por 1-6, 6-0 y 6-3, avanzando a la final tras un inicio dubitativo, pero con una contundente remontada. “Normalmente, nuestros partidos son apasionantes. El nivel es muy alto porque nos motivamos a hacer cosas que normalmente no hacemos”, comentó sobre su inminente enfrentamiento con Alcaraz. “Tengo curiosidad por ver en qué nivel estoy”.

Por su parte, Alcaraz también avanzó con solidez, al vencer al italiano Lorenzo Musetti por 6-3 y 7-6 (4), clasificándose por primera vez a la final en Roma. El murciano, actual número uno del ranking ATP, anticipó un encuentro exigente: “Cada vez que juego contra él siempre es una batalla, siempre muy, muy difícil. De alguna manera disfruto esos momentos”.

El historial entre ambos favorece ligeramente a Alcaraz por 6-4, con tres victorias consecutivas, incluida la más reciente en octubre en la final del Abierto de China. No obstante, Sinner llega con una racha impresionante: 26 victorias seguidas y sin conocer la derrota desde que ganó el Abierto de Australia en enero, su tercer título de Grand Slam.

El público romano apoyará con fuerza a Sinner, quien no solo busca el título, sino también reivindicarse plenamente tras la suspensión que lo mantuvo fuera del circuito. Será el primer italiano en disputar la final de este torneo desde Panatta en 1978, cuando cayó ante Bjorn Borg.

La final promete ser una nueva entrega de una rivalidad que está marcando una era en el tenis contemporáneo. Un duelo de potencia, estrategia y emociones en el corazón del Foro Itálico.