Una fuerte controversia envolvió al cantante argentino Andrés Calamaro durante su presentación en la Arena Cañaveralejo de Cali, luego de expresar públicamente su apoyo a la tauromaquia, justo en un momento en que Colombia atraviesa un cambio histórico con la reciente prohibición de las corridas de toros a nivel nacional.
El incidente ocurrió en medio de su interpretación de la canción “Flaca”, cuando Calamaro simuló un pase taurino con su chamarra roja. El gesto fue recibido con abucheos por parte del público, desatando un ambiente tenso que se agravó con sus declaraciones posteriores.
“Dedico esta canción a todos los toreros, ganaderos, banderilleros y aficionados que se quedan sin trabajo”, dijo el cantante desde el escenario, manifestando su desacuerdo con la decisión del Congreso colombiano. Según él, “los políticos votaron para eso: dejarlos en la calle”.
La tensión alcanzó su punto máximo cuando Calamaro se acercó nuevamente al micrófono para despedirse con un contundente: “Lo siento, están cancelados y bloqueados, hasta nunca”, y abandonó el escenario abruptamente, dejando sorprendidos tanto a los asistentes como a su equipo técnico y músicos.
Aunque regresó minutos después para concluir el concierto, el ambiente se mantuvo cargado de incomodidad y opiniones divididas entre los asistentes.
Tras el evento, Calamaro utilizó su cuenta de Instagram para defender su postura. Publicó una imagen alusiva al toreo y cuestionó la reacción del público caleño: “¿De verdad la mayoría de los colombianos están en contra de la tauromaquia?”, escribió. En su mensaje, aclaró que no es torero ni asesino, y criticó a los colectivos animalistas por lo que consideró una postura extremista e incoherente con sus hábitos de consumo, como la gastronomía basada en carne.
El incidente ha reavivado el debate sobre el arte, la libertad de expresión y la sensibilidad social en torno a temas como el maltrato animal y las tradiciones culturales. Mientras algunos seguidores defienden el derecho del músico a expresar su opinión, otros lo acusan de insensibilidad frente a una lucha que busca proteger a los animales de prácticas consideradas crueles.
La polémica promete seguir dando de qué hablar en redes sociales y en la opinión pública, tanto en Colombia como en el resto de América Latina.