En un partido celebrado en el A. Le Coq Arena de Estonia, el Atlético de Madrid derrotó 4-2 al Real Madrid y ganó su tercera Supercopa de la UEFA, título que no levantaba desde 2012.

Cuando las personas apenas comenzaban a acomodarse en sus asientos, Diego Costa marcó el gol que abrió el partido; el español recibió un trazo largo que condujo con la cabeza al interior del área y que definió con mucha potencia al poste de Keylor Navas con apenas 50 segundos en el reloj.

El "Atléti" parecía dominar el partido y tocaba la puerta "merengue" para duplicar la ventaja, sin embargo, el Real Madrid retomó el control del juego y comenzó a darle más balones a Gareth Bale para comandar la ofensiva y mandar un gran centro, que Karim Benzema resolvió cómodamente para empatar el duelo al minuto 27.

Para el segundo tiempo, los "Colchoneros" mostraron falta de creatividad durante los primeros minutos y permitió que el rival jugara a placer hasta provocar un penal que Sergio Ramos cobró con maestría para darle la ventaja a los blancos.

Un nuevo trazo largo que parecía no representar gran peligro fue capitalizado por Juanfran, que dejó atrás a Marcelo, cedió para Ángel Correa y éste a su vez, dejó el balón para Diego Costa que definió a puerta vacía para empatar el partido.

Durante los tiempos extra, el Madrid parecía estar más cerca del gol, pero un grave descuido de Raphaël Varane dejó sólo a Thomas Partey, quien mandó un centro flotado a Saúl y que el español convirtió en un golazo para poner en ventaja al Atlético.

Un par de minutos después, otra gran jugada de los rojiblancos definida de primera intención por Koke, puso el 4-2 como marcador definitivo y dio su tercera Supercopa de Europa al Atlético de Madrid.