Apodaca, la guerra de Calderón y gobernantes que no sean políticos

Apodaca, la guerra de Calderón y gobernantes que no sean políticos Apodaca, la guerra de Calderón y gobernantes que no sean políticos.

Por Mónica Hernández-Roa


El 8 de diciembre de 2006 el Presidente Felipe Calderón le declaró la guerra a los grupos delictivos que tenían décadas operando en el país y que ningún Presidente antes había confrontado como lo hizo él.

Pero como en toda guerra, miles de inocentes murieron en el camino dejando cicatrices permanentes en millones de familias mexicanas que perdieron a un ser querido o por lo menos a algún conocido.

¿Qué pasaba en Nuevo León y en Apodaca?

Tras la declaratoria de guerra del Primer Mandatario, cuando se presentó vestido de militar, como señal de franca confrontación, y luego de enviar a los primeros 4 mil 500 elementos del Ejército Mexicano a enfrentarse con los grupos delincuenciales, el país sufrió una convulsión social como no se había visto o presentado desde la Revolución Mexicana.

Miles de muertos, levantados, ejecutados, secuestrados o colgados por las avenidas, puentes y calles, se convirtieron en la dantesca escena diaria de los habitantes que viven en los 14 municipios del área conurbada de Monterrey, entre éstos Apodaca; así como en muchos municipios rurales de Nuevo León.

Aunque en este año 2018 la tranquilidad pareciera volver poco a poco a los municipios del estado de Nuevo León, la guerra y las confrontaciones dejaron cicatrices en un pueblo que restablece poco a poco su paz social. Principalmente en las colonias marginadas de los municipios, donde el consumo, venta y distribución de sustancias ilegales había aumentado de manera desproporcionada en la última década. Y aunque todavía no se elimina este problema social y de salud pública, la sociedad nuevoleonesa avanza a pasos lentos para restablecer su orden social y con una mejor policía ya más integrada.

A raíz de la creación de la Fuerza Civil en el estado de Nuevo León la cual vino a suplir a la anterior corporación policiaca Seguridad Pública del Estado, esta reciente organización policial que trabaja de la mano con el Ejército y la federación, tiene hoy más filtros de seguridad para el ingreso de personal, y las demarcaciones de policía son cada vez más exigentes con sus elementos tanto en el estado como en los municipios; el orden público va ganando la partida contra el crimen organizado y la tranquilidad y confianza se perciben poco a poco en la población.

Hace una década miles de pequeños y grandes negocios cerraron por los secuestros, levantones y amenazas por parte de grupos delincuenciales. Lo que sucedía en Apodaca no era privativo sólo de Nuevo León, el escenario de guerra e inseguridad era igual para todo el país.
En Apodaca los vecinos tenían miedo de poner un puesto de pollos, de verduras o una tienda de abarrotes, por el demandado pago de “derecho de piso” que los criminales exigían a cambio de no meterse con ellos y con sus familias.

Los mercados ambulantes casi dejaron de existir y la economía afectaba severamente a las familias en el municipio. A lo largo de esta década Apodaca parece estar volviendo a la normalidad y la gente nuevamente emprende y abre negocios en busca de una mejor calidad de vida.

INVERSIÓN NACIONAL Y EXTRANJERA

Apodaca sigue siendo el municipio con mayor inversión extranjera en la entidad llegando a los 1 mil millones de dólares cada trienio.

Lo más demandado en el municipio siguen siendo fuentes de empleo bien remunerados, educación al alcance de los jóvenes, deporte, salud, infraestructura vial y créditos accesibles para vivienda para las miles de familias que llegan cada año a vivir al municipio que además tiene los dos aeropuertos del estado de Nuevo León.

La migración, a la par del crecimiento demográfico en la zona metropolitana de Monterrey, hace que Apodaca y otros municipios que conforman la ciudad, requieran de más servicios públicos, transporte urbano, metro, camiones, universidades, vivienda, etc. Pero lo que más busca el apodaquense es una oferta laboral que le permita no salir de su área y no tener que atravesar 3 ó 4 municipios para ir a trabajar.

APOCADA HACIA EL FUTURO

El crecimiento en Apodaca se estima en alrededor de 100 mil familias por año, lo que hace que los nuevos gobernantes requieran tener una visión a futuro como urbanistas y economistas, más que como políticos, para atraer inversión extranjera al estado y a los municipios.

Apodaca pasó de ser una provincia a una ciudad industrial donde cada día llegan empresas nacionales y trasnacionales porque es un municipio donde aún hay mucho hacia dónde expandirse. Es el más grande territorialmente hablando del área metropolitana de Monterrey.

Pero mientras más ofertas de empleo haya en Apodaca, las necesidades sociales también se incrementan.

Se requieren dos clínicas más, parques recreativos para las familias apodaquenses, universidades, infraestructura vial ancha y que permita también el flujo vehicular de las docenas de autobuses de carga que tienen que atravesar este municipio para trasladarse hacia Tamaulipas, San Luis Potosí, Zacatecas, el bajío y por la colindancia con los Estados Unidos.

Apodaca es un municipio pujante y de gente trabajadora, como lo es todo el estado de Nuevo León.
Pero las grandes ciudades requieren grandes gobernantes.

Apodaca y Nuevo León requieren gobernantes especializados en administración pública, en comercio e industria, en políticas públicas y desarrollo sustentable, que sepan hablar inglés, chino mandarín, coreano y japonés, porque las potencias asiáticas están invirtiendo en el estado y ya no hay marcha atrás.

El progreso y el futuro son hacia adelante. Hacia allá se encaminan Nuevo León y su municipio más industrial que es Apodaca. Pero los gobernantes deben tener ese tamaño de miras y de expectativas.

Los alcaldes y gobernantes que lleguen a Apodaca y a Nuevo León no encontrarán un escenario tan dramático y complicado como el que tuvieron los que gobernaron hace una década, pero sí hay asignaturas muy urgentes que atender.

La paz social aún no se ha restablecido del todo en Apodaca, pues continúan el problema de venta de drogas, aún hay balaceras, cientos de jóvenes no estudian ni trabajan por falta de oportunidades y por los sueldos míseros que otorgan a los trabajadores los empresarios de hoy, quienes en complicidad con los gobiernos obtienen dádivas y preferencias; mientras cada día suman más los pobres en México y que forman parte de los 52 millones de mexicanos en pobreza, 11 millones de éstos en pobreza extrema.

Los gobernantes y empresarios de ayer y de hoy, tendrán que resolver estos problemas don carácter urgente. Deberán enfrentar y corregir lo que hicieron mal, y deberán reconstruir todo lo que permitieron que se destruyera.

Ya no queremos políticos gobernando, queremos mexicanos con una visión económica, globalizada, de desarrollo humano y sustentable para el comercio y las inversiones que demanda el mundo de hoy. 

Queremos inversiones en México pero necesitamos ejecutar las penas severas que ya están en las leyes para erradicar la corrupción y a los corruptos que no han permitido el avance el país.
Apodaca está urgida de buenos gobernantes; Nuevo León y México también.