El gabinete de seguridad de Israel aprobó por unanimidad un plan de intensificación militar en Gaza, que incluye la ocupación total del enclave palestino y el desplazamiento forzado de la población civil bajo el argumento de “protección humanitaria”, según confirmaron este martes fuentes oficiales del gobierno de Benjamin Netanyahu.
La estrategia, centrada en la derrota total de Hamas, también contempla una “distribución humanitaria controlada” para evitar que el grupo islamista se apropie de los suministros. Netanyahu respaldó nuevamente la idea del expresidente estadounidense Donald Trump de reubicar a los gazatíes en países vecinos como Egipto o Jordania, con la visión de crear una “riviera del Medio Oriente”.
El grupo Hamas rechazó rotundamente la iniciativa israelí. Mahmoud Mardawi, alto funcionario del movimiento, advirtió que sólo aceptarán un acuerdo integral que incluya un alto el fuego permanente, retirada de tropas israelíes, reconstrucción de Gaza y liberación de prisioneros de ambos bandos.
Mientras tanto, el Foro de Familias de Rehenes israelíes criticó duramente la decisión del gobierno, acusándolo de “priorizar el territorio sobre la vida de los cautivos” secuestrados por Hamas desde el ataque del 7 de octubre de 2023.
La situación humanitaria en Gaza continúa empeorando. Según el Ministerio de Salud local, un bebé de cuatro meses murió por desnutrición en medio del bloqueo impuesto por Israel, que lleva más de dos meses. Al menos 51 personas murieron en las últimas 24 horas por ataques aéreos, lo que eleva el saldo a 52 mil 567 muertos y más de 118 mil heridos desde el inicio del conflicto.
En paralelo, el gobierno de Malta bloqueó el intento de activistas de la Flotilla de la Libertad de enviar alimentos a Gaza, luego de que su embarcación fuera dañada por un ataque con drones israelíes. Aunque los tripulantes se encuentran a salvo, las autoridades maltesas impidieron el desembarco de la ayuda, generando nuevas críticas internacionales contra el bloqueo humanitario.
La comunidad internacional se mantiene dividida, mientras aumenta la presión por una salida diplomática que detenga el derramamiento de sangre y permita atender la emergencia en Gaza.