La temporada 2024-2025 de la NBA ha roto con todos los pronósticos. Con los equipos tradicionalmente dominantes fuera de competencia, las Finales de Conferencia se presentan como una oportunidad única para nuevas generaciones de jugadores que buscan escribir su propia historia.

En la Conferencia Este, el mítico Madison Square Garden será el escenario del Juego 1 entre los New York Knicks y los Indiana Pacers este miércoles 21 de mayo. Los Knicks, liderados por una mezcla de juventud y experiencia, regresan a unas Finales de Conferencia por primera vez desde el año 2000, luego de dejar fuera a los Boston Celtics en una serie intensa que terminó 4-2. Su contundente victoria en el Juego 6 por 119-81 dejó claro que este equipo está listo para competir al más alto nivel.

Por su parte, los Pacers han sido la gran revelación del Este. Eliminando en solo cinco juegos a los Cleveland Cavaliers, los primeros sembrados, Indiana ha demostrado que su estilo de juego veloz, creativo y eficiente puede ser una amenaza para cualquier rival.

En la Conferencia Oeste, la sorpresa llegó de la mano del Oklahoma City Thunder, que venció en siete partidos a los actuales campeones, los Denver Nuggets. En un aplastante Juego 7, el Thunder se impuso por 125-93, con una actuación colectiva arrolladora que evocó los mejores días de la franquicia durante la era de Kevin Durant y Russell Westbrook.

Los Minnesota Timberwolves, por su parte, viven su momento más dulce en décadas. Con Anthony Edwards como figura estelar y Karl-Anthony Towns consolidado como líder, eliminaron a los Golden State Warriors en solo cinco partidos. Aunque se beneficiaron de la baja de Stephen Curry, su triunfo se basó en un juego colectivo sólido y una defensa intensa.

Ambas series prometen duelos físicos, dinámicos y cargados de emociones. Sin superestrellas consagradas como LeBron James, Kevin Durant o Stephen Curry en esta fase, la atención se centra ahora en una nueva generación que busca tomar el trono de la NBA.

Las Finales de Conferencia arrancan esta semana y marcan el inicio de una nueva era en el baloncesto profesional: más impredecible, competitiva y emocionante que nunca.